CUIDADO DEL PIE DIABÉTICO
Existe el pie diabético porque hay pacientes diabéticos en los cuales la glucemia no está controlada.
Los elevados niveles de glucemia  (hiperglucemia) dañan los nervios (neuropatías) y  los vasos sanguíneos (vasculopatías ). De ese  modo la neuropatía diabética produce la pérdida de sensibilidad de los pies y el  paciente no se da cuenta cuando se lastiman pues no sienten dolor, y la vasculopatía contribuye a obstruir la circulación sanguínea disminuyendo así la capacidad de cicatrización.
Los pacientes diabéticos deben darle a los pies el lugar que se merecen en lo que al cuidado se refiere,
para prevenir el futuro desagradable que puede representar el camino hacia la amputación.
Las personas con diabetes están más propensas a tener infecciones en los pies, por lo tanto necesitan
respetar y poner en práctica las indicaciones sobre sus cuidados:
- Concurrir al podólogo para la atención de uñas y pies así como también de callosidades y otras lesiones si las mismas están presentes.
-Inspeccionar sus pies todos los días.
-Lavarlos diariamente con agua tibia y jabón neutro, secarlos  completamente y aplicar crema nutritiva.
La prevención es el verdadero tratamiento del pie diabético y nosotros, los podólogos, estamos capacitados para colaborar con su atención.

Nuestro  servicio lo brindamos en NICOLÁS VILA 402 (esquina Acoyte 136)
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BENEFICIOS DE LAS CAMINATAS
Caminar aporta muchos beneficios para el corazón, los pulmones y los músculos. El resultado es una notable reducción del riesgo cardiovascular sumado a un control del peso corporal y de la presión arterial.
 Durante la caminata el organismo elabora el "colesterol bueno" que se fija al "colesterol malo" y lo transporta lejos de las arterias donde el hígado lo elimina; mejorando los niveles de colesterol en sangre.
Previene la diabetes tipo II optimizando la acción de la insulina. Es altamente recomendada para personas con exceso de peso u obesidad.Al caminar mejora la respuesta del organismo contra virus y bacteria. Es fundamental en esta práctica el cuidado del pie, la higiene diaria, el uso de calzado y medias adecuados y concurrir al podólogo para la atención personalizada de acuerdo a cada necesidad.

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